Crónica curso de Rafael Regaño en Valencia (Nov - 2008)
Miércoles, 10 de Diciembre de 2008 11:45 | 
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Maria José Lloret ha tenido la amabilidad de escribirnos una crónica del pasado curso de Rafael Regaño en Valencia. Éste se celebró en el Pabellón de la Fuente de San Luis el pasado mes de noviembre.
UN AÑO DESPUÉS…
Hemos tenido ocasión de participar en un nuevo curso de aikido: el Seminario de otoño impartido por Rafael Regaño en Valencia.
Para los que hemos aprovechado esta oportunidad, ha sido un fin de semana intenso, lleno de buenos ratos en los que hemos podido disfrutar de un ambiente muy agradable para la práctica de eso que tanto nos gusta: el aikido. Lo importante, como siempre, ha sido poder contar con la presencia de Rafa, transmitiéndonos en todo momento sensaciones nuevas que nos muestran la importancia que tiene la parte espiritual del aikido, y realizando todo tipo de técnicas. La visita de compañeros procedentes de otros dojos también ha contribuido a que esta experiencia fuera muy especial.
Esto es lo que todos los que hemos asistido a este curso hemos tenido la suerte de apreciar. Pero, para los que llevamos poco tiempo practicando aikido y muy pocos cursos, puede que hayamos tenido la oportunidad de darnos cuenta de la importancia de algunas cosas a las que todavía no estamos acostumbrados.
Estas jornadas nos han ofrecido la posibilidad de practicar con compañeros que, a pesar de no mantener una relación asidua como con los que compartimos clases semanalmente, han sido tan accesibles que nos han recordado esa generosidad que tanto agradeces en tus primeras clases y cada día de práctica en tu propio dojo.
Hemos vivido momentos muy emotivos: estar en un ambiente diferente a tu entorno habitual de práctica, empezar y acabar cada clase de forma diferente a como lo haces cada día, los comentarios y las lecturas sobre temas relacionados con el aikido, la entrega de hakamas a Javier y a Abel -muchas felicidades para los dos-. Todo esto ha aportado experiencias nuevas y muy valiosas con las que hemos disfrutado mucho y para las que, a menudo, no se encuentran muchas más ocasiones.
También hemos tenido la posibilidad de autoevaluar nuestros progresos. Estos cursos sirven como referencia para darte cuenta de cómo y cuánto has avanzado tanto a nivel personal como a nivel técnico. De ahí la satisfacción que consigues en esos momentos en los que te encuentras más cómodo, con más control sobre las técnicas, mucho más seguro en la práctica con el bokken y con el jo, y más fluido en general. Todo esto nos permite disfrutar mucho más de la práctica del aikido porque es lo que nos anima a seguir, lo que nos hace felices por un rato.
Creo que con todo esto han quedado reflejadas claramente las buenas sensaciones que nos transmiten estos seminarios pero quiero, además, incidir sobre una de las sensaciones más fuertes que me produce la práctica del aikido: la gratitud. Gracias a todos aquellos que lo hacéis posible.
Hemos tenido ocasión de participar en un nuevo curso de aikido: el Seminario de otoño impartido por Rafael Regaño en Valencia.
Para los que hemos aprovechado esta oportunidad, ha sido un fin de semana intenso, lleno de buenos ratos en los que hemos podido disfrutar de un ambiente muy agradable para la práctica de eso que tanto nos gusta: el aikido. Lo importante, como siempre, ha sido poder contar con la presencia de Rafa, transmitiéndonos en todo momento sensaciones nuevas que nos muestran la importancia que tiene la parte espiritual del aikido, y realizando todo tipo de técnicas. La visita de compañeros procedentes de otros dojos también ha contribuido a que esta experiencia fuera muy especial.
Esto es lo que todos los que hemos asistido a este curso hemos tenido la suerte de apreciar. Pero, para los que llevamos poco tiempo practicando aikido y muy pocos cursos, puede que hayamos tenido la oportunidad de darnos cuenta de la importancia de algunas cosas a las que todavía no estamos acostumbrados.
Estas jornadas nos han ofrecido la posibilidad de practicar con compañeros que, a pesar de no mantener una relación asidua como con los que compartimos clases semanalmente, han sido tan accesibles que nos han recordado esa generosidad que tanto agradeces en tus primeras clases y cada día de práctica en tu propio dojo.
Hemos vivido momentos muy emotivos: estar en un ambiente diferente a tu entorno habitual de práctica, empezar y acabar cada clase de forma diferente a como lo haces cada día, los comentarios y las lecturas sobre temas relacionados con el aikido, la entrega de hakamas a Javier y a Abel -muchas felicidades para los dos-. Todo esto ha aportado experiencias nuevas y muy valiosas con las que hemos disfrutado mucho y para las que, a menudo, no se encuentran muchas más ocasiones.
También hemos tenido la posibilidad de autoevaluar nuestros progresos. Estos cursos sirven como referencia para darte cuenta de cómo y cuánto has avanzado tanto a nivel personal como a nivel técnico. De ahí la satisfacción que consigues en esos momentos en los que te encuentras más cómodo, con más control sobre las técnicas, mucho más seguro en la práctica con el bokken y con el jo, y más fluido en general. Todo esto nos permite disfrutar mucho más de la práctica del aikido porque es lo que nos anima a seguir, lo que nos hace felices por un rato.
Creo que con todo esto han quedado reflejadas claramente las buenas sensaciones que nos transmiten estos seminarios pero quiero, además, incidir sobre una de las sensaciones más fuertes que me produce la práctica del aikido: la gratitud. Gracias a todos aquellos que lo hacéis posible.
Maria José Lloret
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