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Mikel Fernández

Hemos viajado al este de Estados Unidos recorriendo algunos km en avión y otros en autocar, conociendo las grandes extensiones de terreno y ciudades que hay, a medida que íbamos visitando estados, impresiona ver que todo es grande en América, lo vemos por la tele o en el cine pero cuando lo ves en realidad te impresiona, en este viaje, Carme, mi mujer tenía, el deseo de cumplir los 60 años en New York y lo hicimos realidad y aprovechemos para conocer parte del este de Estados Unidos.

Contacté por e-mail con el Dojo Shin Budo kai Aikido, que estaba cerca del hotel donde íbamos a estar unos días y con el Sensei Mel Arslan, una gran persona y gran aikidoka. Estuvimos practicando juntos con sus alumnos los cuales quiero citar sus nombres, Oksana Klimparskaya, Sam Kaufman y Bernard Barisic. Fué todo muy familiar y nos acogieron muy bien, Carme no quería practicar al no llevar kimono, pero insistieron dejándole parte del vestuario y la convencieron para que practicara. Fue genial, le expliqué un poco de donde veníamos y en la asociación que nosotros estamos y que nuestro maestro era Rafael Regaño que había sido alumno de Itsuo Tsuda. Les llevé una revista y un calendario, agradeciéndoles su recibimiento y que pudiéramos practicar Aikido en su Dojo. Mel me comentó que su sensei es Warren Wynshaw. Le mando un cordial saludo, tiene muy buenos alumnos, su maestro es Shizio Imaizumi y nos comentó Mel que estaba jubilado.

La clase la comenzó en Seiza y tienen que coordinar la respiración con unos golpes que da el Sensei con unos tacos de madera y va de poco a poco a más rápido un par de minutos más o menos y seguimos unos estiramientos y movimiento del cuerpo y después caídas Mae Ukemis y se sigue con la demostración del Sensei con su Uke del trabajo a realizar y practicábamos alternándonos con todos los de la clase, trabajo suave y coordinado con la respiración, movimientos de cadera y mucho hincapié de no realizar esfuerzos musculares sino trabajar la energía de nuestro cuerpo. Nos hicimos unas fotos y quedé en que realizaría una crónica y le enviaré un enlace donde la puedan ver en nuestra página de la asociación cuando esté editada.

Una anécdota que me gustaría explicar es que vimos entrar una persona con muletas y se dirigió a los vestuarios y entró en el Dojo, es Sam quien lleva la mascarilla. Tuvo un problema neurológico y le costaba coordinar, pero me impresionó con el espíritu con el que practicaba y la actitud que tenía. Era formidable. Esperamos y deseamos que cada día esté mejor.

Deseo agradecer a Mel y sus alumnos el haber podido conocerlos y practicar juntos.