Nos envían unas breves líneas desde Valencia para contarnos las impresiones del pasado encuentro de junio con Rafael Regaño.

ENCUENTRO DE AIKIDO EN VALENCIA (JUNIO 2019)

Carol Ribes y Fernando Gómez

Las tradiciones son importantes..., al menos algunas. Éstas permiten la transmisión de valores, configuran la identidad a los colectivos y, por tanto, aumentan su cohesión. En este sentido, el encuentro anual con nuestros apreciados maestros, va camino de convertirse en una tradición de las buenas, si es que no lo es ya.

Hace ya más de dos décadas que este evento se repite y, como si de la afinación de un instrumento se tratara, cada ocasión deja una resonancia especial. Personalmente no deja de sorprenderme como focalizar la atención sobre mensajes muy familiares, permite asentar un poso sobre el que fundamentar la propia práctica y, simultáneamente, descubrir algún aspecto novedoso de este maravilloso arte que nos ha seducido.

Para mi forma de ver las cosas, marcar desde el mismo inicio de cada encuentro cual es el foco al que se debe dirigir nuestra atención, es fundamental para entender cual es el rasgo distintivo del Aikido que se pretende transmitir desde nuestra querida asociación. Más allá de la forma externa, la clave es volver al origen.

Sobre el curso en si hay muy poco nuevo que decir. En el Gimnasio Shinerkan de Valencia, durante los días 15 y 16 de junio, nos juntamos más de 30 personas de los dojos La Otra Orilla, Gorin, Sankukai, Tamura, Shinerkan y Mushin.

Practicamos Aikido, sudamos, comimos, reímos y respiramos juntos. Detallar técnicamente todo lo que se hizo carece de interés, pero para mostrar el impacto sobre los asistentes, tomo prestadas algunas de las palabras que me hizo llegar mi estimada Carol:

"En este curso me ha encantado conocer a Rafa, escucharle mientras contaba sus vivencias y notar su energía positiva fluir por todo el tatami. La espiritualidad que emanaba era palpable. A pesar de que a veces me parecía demasiado imaginativo, me encantó la sinceridad y profundidad de sus palabras, la sabiduría y franqueza que viene de la mezcolanza de un alma joven y a la vez experimentada. ¡Qué razón tiene Rafa cuando dice que lo más importante no se ve con los ojos! En una sociedad adormecida por la tecnología y la abundancia material, donde expresar lo que uno piensa o siente a veces puede ser un acto de valentía por ser diferente o raro, siendo que la riqueza del ser humano son las diferentes personalidades."

Únicamente me queda dar las gracias a todos aquellos que hicísteis posible otra edición de este encuentro y dar la enhorabuena a Isabel y Jordi por sus meritorios exámenes y a Manuel y Abel por la reafirmación de su compromiso personal con el Aikido.
Os esperamos en la próxima.